Es muy usual que uno piense que en su bando están todos los buenos, y que en el bando contrario todos los malos, lo cual nunca o casi nunca va a ocurrir; de hecho los malos normalmente estarán distribuidos en ambos bandos
En el artículo “Mejórate a ti mismo…” dijimos: …Además no bastará con decidir una vez hacernos más responsables: tendremos que estar renovando el compromiso de asumir nuestras responsabilidades, más aún al surgir a nuestro alrededor voces frecuentes de que no es así, de que siempre hay otro(s) culpable(s) de todo lo que nos ocurre.
En un mundo de tanta confusión como el actual hay actitudes en nosotros, algunas muy frecuentes, que también estimulan dicha confusión. Una es la generalización. Una vez vi en Internet esta definición de Generalizar: Es el proceso mediante el cual se establece una conclusión general a partir de observaciones particulares. Estas pueden ser de una o de varias personas. Y debo decir que hoy día existe en la sociedad una tendencia cada vez mayor a generalizar en diversas áreas de nuestras vidas. Y ese hecho no solo va a fomentar la confusión en nuestra existencia, sino que nos va a hacer cometer muchos errores.
A continuación describimos situaciones que ocurren… cuando generalizamos:
1. La gente toma bandos consciente o inconscientemente, para señalar y acusar de ciertas actitudes al bando contrario, así como para justificar o excusar a las del bando de uno. En ese caso es muy usual que uno piense que en su bando están todos los buenos, y que en el bando contrario todos los malos, lo cual nunca o casi nunca va a ocurrir; de hecho los malos normalmente estarán distribuidos en ambos bandos. Todo esto implicará que al generalizar las responsabilidades personales se diluyan, algo contrario al compromiso para mejorarnos a nosotros mismos;
2. Contribuimos a fomentar el resentimiento entre personas, causamos irritación en otros;
3. Así enseguida bloqueamos cualquier intento de razonar con objetividad, algo que precisamos hoy día con urgencia;
4. Juzgamos a personas y situaciones de las cuales no tenemos la menor idea, lo hacemos por lo que escuchamos por allí (ejemplo a través de chismes), y así seremos injustos;
5. Nos hacemos superficiales, lo que a su vez nos lleva a transmitir medias verdades como si fueran plenas verdades. Aunque 50 millones de personas digan una mentira sigue siendo una mentira.
Finalmente, si queremos evitar el nocivo efecto de las generalizaciones en cualquier área, nunca debemos depender solo de opiniones, así estas sean respetables. Tendremos que basar nuestras vidas en valores verdaderos, que provengan de las palabras de Dios, y procurar la integridad al máximo.
@viviendovalores